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jueves, 29 de septiembre de 2011

Madre no hay más que una

Siempre he pensado que una madre es lo más grande que te va a pasar en esta vida, a no ser que te cases con Falete, bueno o comiences a orbitar alrededor de él.

Tal día como hoy de hace 8 años (se dice pronto) la persona más importante de mi vida emprendió el viaje final, que cada uno elija el destino que más se adecue a sus creencias, tal día como hoy mi madre se fué para siempre.

Por ello quiero recordarla hoy y compartir con vosotros, perdón con el indigente al que pago para que me lea esporádicamente, quien era mi madre y, por mucha pena y dolor que se acumule en mi corazón en un día con el de hoy, voy a hacerlo con una sonrisa en la boca como la que ella tenía, casi, casi, hasta el final.

Mi madre se crió en una pequeña aldea de Asturias, en el seno de una familia en la que perdió a su padre siendo apenas una niña, una familia que tenia que ahorrar para ser pobre y que le obligó a empezar a trabajar siendo apenas una niña, imagino que esto le ayudo a curtir un carácter que riete tú de Chuck Norris.

Porque si hay una cosa que todo el mundo que la conoció y la amó sabe es que mi madre tenia unas pelotas mayores que Espartero, bueno eso y la mano más rápida al oeste del Pecos para golpearte con una precisa colleja, con o sin artículos adicionales (escobas, zapatillas y cualquier artículo contundente y/o arrojable) de hecho estoy seguro que Amparo Baró aprendió en un cursillo avanzado con mi madre.

Además mi madre si podía ver el futuro y no el tangas leopardo ese de la tortuga ninja, Raphael digo Rappel. Sí amigos mi madre era capaz de formular una profecía unida a una amenaza intrínseca que siempre se cumplía "Iván deja de romper nueces con esa piedra que vas a romperte un dedo y te pegaré una colleja" y vamos que si acertaba, para mi que era la extra de Destino Final, no puedes evitar tu destino, en un plazo no superior a 5 minutos me encontraba con la uña hecha añicos y un extraño y a la vez familiar escozor en esa parte trasera de mi cuello.

Pero no solo eso, ella solo hubiera llevado a la victoria a Bravehearth, los Na'Avi, o Navi, o...vamos los pitufos gigantes de Avatar y a Izquierda Unida sin despeinarse. 

Recuerdo siendo yo un crío jugando con un montón de arena, sí, a estajo, preparando la carrera de Pozero que finalmente la crisis truncó, junto con mi prima cuando, de la maleza asomó una anaconda...vale igual no era una anaconda pero que esperáis con tres años es lo que me pareció, una serpiente de poco más de un metro que se planto delante a lo Cobra, la de Stallone no, la bicha, mientras me sacaba la lengua silbando diría yo que mosqueada.

Claro, tres años, Asturias, criado entre mi madre, mis primos... vamos Mogli había recibido una educación de colegio británico en comparación, mi reacción fue la lógica "voy a golpearla con mi pala de juguete a ver que pasa" pero en el momento crítico en el que me dirigía a una más que segura agresión bífida, note como el cielo se oscurecía, los pájaros dejaban de cantar y juro que el mismo infierno palideció de miedo, un grito desgarrador surgió a mi espalda y apenas tuve tiempo de divisar a mi madre con su falda y zapatillas de andar por casa de cuadros al más puro estilo Bravehearth, con un pico a dos manos, los ojos inyectados en sangre, la vena del cuello bombeando más sangre que la vena de Nacho Vidal de... bueno que la vena de Nacho Vidal, lanzarse sobre el pobre reptil que, según me pareció ver en sus ojos, pensó OMG, para los de la Logse Oh My God...dejarlo estar. Por si fuera poco tras ella, como fiel escudero, pala en mano apareció mi prima, parecía una escena de Conan...lo siguiente que recuerdo es la serpiente lo que quedaba de la serpiente ante mi.

Mi madre fué la mujer más fuerte que he conocido nunca, no solo por esto episodios de furia asesina, estoy seguro que Chuck Norris antes de dormir miraba en el armario por si estaba mi madre, hay que ser muy fuerte para criar una familia a mil kilómetros de su familia, hay que ser muy fuerte para superar hasta dos tipos de cáncer diferentes, hay que ser muy fuerte para saber irse con la dignidad, el carácter, la entereza con la que se fué vencida por el tercero.

Jamás olvidaré el último día con ella, sus esfuerzos para que no me preocupará, sus esfuerzos para hacerme creer que siempre estaría ahí...y se que siempre lo estará, puedo jurar que noto ahora mismo su invisible mano aproximándose a mi cuello "que no te vea llorar cagón sandios que eres mi hijo y tienes más cojones que eso".

Mamá se secarán los océanos, mamá el mundo conocerá la paz, mamá Belén Esteban aprenderá la diferencia entre a ver y haber...pero siempre estarás aquí, en mi corazón...y cerca de mi cuello para darme mis merecidas collejas.

Te amaré siempre estés donde estés...

Dedicado con todo mi corazón a María del Carmen Bulnes Carús, esposa, madre y desde el cielo o donde esté abuela.

Sed buenos o disimular.





7 comentarios:

  1. Joder, y que me he emocionado y todo... y no es broma, te lo aseguro.

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  2. Gracias Ivan por este recuerdo a una madre con "coraje"(lease cojones) y un abrazo al hijo que sigue agradeciendo lo que su madre hizo por él. No llores, tu madre no te lo perdonaría y sacaría la zapatilla de pegar collejas. La iaia de la playa

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  3. Que bonito Iván, bueno tu mamà era asi única la verdad me has dejado sin palabras y muy emocionada me ha gustado mucho un besin
    Maite

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  4. Iván, Mucho ánimo.
    Piensa que se sentirá muy orgullosa de vosotros.
    Yo perdí a mi padre hace casi 3 años y te comprendo perfectamente.
    Muchísimas veces la vida no es nada justa pero tenemos que levantarnos cada día y luchar por los que aún tenemos alrededor, y tú tienes una niña preciosa.
    Besos

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  5. Joder Ivan.... sin palabras
    tu madre, esté donde esté, seguro que esta super orgullosa de en lo que se ha convertido su hijo...
    Jelen.

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  6. no podrías haberle rendido un homenaje mejor que éste.

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